Visor de obras.

Ligar con - 968150

A estos tiempos, que estaba gastando mi hacienda que tanto me costaba el buscarla, topé la quiraca con una camarada mía encerrados, a quien estaba haciendo tanto bien. Dile dos estocadas, de que estuvo a la muerte y, en sanando, se fue de Malta de temor no le matase, y la quiraca se huyó. Embarquéme en el galeón se llamaba «San Juan»y en seis días llegamos a Barcelona. Supe que la Corte estaba en Valladolid y sin ir a Madrid pasé a la Corte, donde había salido una elección de capitanes. Cobróme voluntad, aunque tenía noticia de mí, y díjome si quería ser alférez de una de las compañías que se habían de levantar luego. Fui alférez Di mi memorial en el Consejo de Guerra, pidiendo me aprobasen, y en consideración de mis pocos servicios fue aprobado. Tomé mulas y con el sargento y mis dos tambores y un criado mío, tomamos el camino de Madrid, a do llegamos en cuatro días.

Discurso de mi vida / Alonso de Contreras

Gastado como interjección, aprueba, afirma o corrobora lo que otro acaba de largar. Haba de S. Manada de caballos o de yeguas. Margil, lib. II, cap. Galicia, cap. Río de la Plata. Torpeza o necedad.

1. Quiero que me lo hagas ya

A veces te lo dice claro empero entiendes mal el mensaje. Se acabó el pifiarla en la cama. Has visto un halo de esperanza en el titular. En la cama ella nunca te lo dice. Las mujeres tienen su forma peculiar de abrirse y de pedir las cosas, una premisa que siguen en el pieza.