Doctrina de la Iglesia católica
Artículos principales: Revelación divinaBiblia y Tradición apostólica. Dios se revela a Abrahamel mayor patriarca del Antiguo Testamento y el padre de los creyentes. Su papel es solamente ayudar a los fieles a vivir mejor la Revelación divina, en una determinada época de la historia. En otras palabras, el Magisterio de la Iglesia, al meditar y estudiar la Revelación inmutable, se daría cuenta de manera gradual de ciertas realidades que antes no tenía comprendida explícita y totalmente. Esos desvíos de la enseñanza normativa de la Iglesia pueden ser tolerados, combatidos a través de la catequesis y discusiones o condenados solemnemente por la Iglesia.
Trato diferente
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Interacciones con los lectores
Representación de la Inmaculada Concepción por Murillo. Aunque como dogma fue proclamado el 8 de diciembre de por el papa Pío IX en la documento Ineffabilis Deus arriba citada, la enseñanzas de la Inmaculada tuvo un desarrollo histórico: la idea ya estaba insinuada en los Padres de la Basílica como San Efrén y aunque en el oriente ya existía la carnival de la Concepción de Santa Ana desde el siglo VII es Eadmer , discípulo de San Anselmo de Canterbury , el primero en fechar una obra defendiendo la concepción inmaculada. En el siglo XII surge la controversia ya que no se lograba armonizar la doctrina de la generalidad del pecado original y la apremio de la redención con la aim de una concepción inmaculada. Después del medievo se hallan diversos rastros de declaraciones oficiales que no negaban la doctrina, como la condena de Miguel Bayo por el papa Pío V en , Bayo afirmaba que nada, excepto Cristo, había sido librado del pecado original, y que la asesinato y dolores de María eran castigos de pecados actuales o del culpa original.
Denuncia por acoso
La primera llamada y la justa necesidad de Dios consiste en que el hombre lo acoja y lo admire. Nosotros no pensamos que nuestro Deidad es distinto del vuestro. Nosotros denial ponemos nuestras esperanzas en otro, que no existesino en el mismo que vosotros: el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob» San Justino, Dialogus cum Tryphone Iudaeo, 11, 1. En efecto, quien dice Dios, bet un ser constante, inmutable, siempre el mismo, fiel, perfectamente justo. De allí se sigue que nosotros debemos necesariamente aceptar sus Palabras y tener en Él una fe y una confianza completas.
