Visor de obras.
Indiferente al mundo, la polilla persiste en golpearse y va creando su propio escondite para la resistencia. Las alas hace tiempo que desaparecieron en su pensamiento, las alas —como los brazos y las piernas- son una ilusión. Yo te iba a sonreír y te mandaría al diablo. Cierta vez leí un libro que se titulaba La inferioridad mental de la mujer. Su lectura fue apasionante, sobre todo porque soy mujer y porque coincido plenamente con Moebius, el autor sociópata.
Prosas profanas y otros poemas / Rubén Darío
En la isla en que detiene su esquife el argonauta del inmortal Ensoñación, donde la eterna pauta de las eternas liras se escucha: -Isla de oro en que el tritón elige su caracol sonoro y la ninfa blanca va a ver el sol -un día 5 se oye un tropel vibrante de fuerza y de armonía. Son los centauros. Cubre la llanura.